“Frente a la mar serena

que me sonríe y sonríe a nuestras tragedias y flaquezas,

y me arrulla con su canto,

más viejo que la historia”.

M.de Unamuno

Se ha calificado al Faro de Cabo Martiño, en el Parque Natural del Islote de los Lobos, unido por barco con Corralejo, como uno de los 20 faros más bellos de España. Hasta el año 1998 el faro de Cabo Martiño tuvo farero. Hoy simplemente contempla el mar desde las alturas, solitario y erguido.

En las inmediaciones del Faro de Cabo Martiño se puede visitar el Centro de Interpretación dedicado a la foca monje. Esta es solo una de las mil curiosidades que nos regala la escala de crucero en el Puerto de Corralejo. La posibilidad de adentrarnos en una isla tan única, tan peculiar, tan fascinantes como Fuerteventura nos hace correr el peligro de enamorarnos para siempre de ella.

Vista del Faro Martiño, uno de los lugares más especiales para visitar si haces escala de crucero en el puerto de Corralejo.

Unamuno: enamorado de su exilio en Fuerteventura

Así le aconteció a Don Miguel de Unamuno y Jugo. El ilustre escritor y pensador de origen vasco fue suspendido de su cátedra de griego por decreto del dictador Primo de Rivera en 1924. Además, Unamuno fue destituido como rector y desterrado a Fuerteventura.

Curiosamente, en su aislamiento encontró sus horizontes y descubrió los nuevos ojos con los que mirar el mundo en forma de isla volcánica.

El Malpaís de Arena es uno de los Espacios Naturales Protegidos de Fuerteventura. Foto Patronato de Turismo de Fuerteventura.

A Unamuno le atrapó la sed de la tierra de Fuerteventura, el paisanaje majorero, la sobriedad y nobleza de las gentes, la austeridad y aspereza del paisaje, el malpaís, el rojizo, los mil mares que se divisan desde el territorio isleño.

No en vano, Unamuno define este paisaje como “esqueleto de tierra, entrañas rocosas que surgieron del fondo del mar, ruinas de volcanes, esta rojiza osamenta atormentada de sed” y añade, “¡Y qué hermosura! claro está que para el que sabe buscar el íntimo secreto de la forma”.

Casa-Museo de Unamuno en Puerto del Rosario

En el lugar que albergó su hotel, en Puerto de Cabras, se ubica hoy su Casa Museo, recuerdo perpetuo de los cuatro meses que el escritor pasó desterrado y del amor mutuo que su destino y él se profesan. Allí, en la Casa-Museo Miguel de Unamuno en Puerto del Rosario, la capital insular, se ubica además  la Cátedra Cultural Miguel de Unamuno, que acoge importantes eventos alrededor de su obra y figura.

Vista del antiguo Hotel Fuerteventura, en Puerto del Rosario, que hoy acoge la Casa-Museo Unamuno.

En la Montaña Quemada, el escultor Jorge Borges realizó una escultura a la figura de Don Miguel de Unamuno, muy cerca de Tindaya.

Como Unamuno, el pasajero de cruceros, el viajero y el turista que arribe a la bella isla ha de recorrer los pueblos que componen el paisaje de Fuerteventura, han de palpar su tradición, degustar el gofio y el sabroso queso majorero.

El gofio, uno de los referentes culinarios de la Isla de Fuerteventura. Patronato de Turismo de Fuerteventura.

Vale la pena descubrir la Fuerteventura de Unamuno, reparar en la aulaga, ese arbusto punzante que llamó su atención; reparar en la quietud de las aguas; en la belleza de los atardeceres; en las nubes que tapan el sol pero mienten  y nunca traen la lluvia.

Descubrir Fuerteventura es entenderla también a través de las palabras de Unamuno porque “mar y cielo están cantando a esta sedienta isla la canción silenciosa del largo sueño sin despertar”.