Te contamos cuáles son las ventajas de hacer un crucero frente a otro tipo de viaje.

El crucero tiene ese componente de aventura que le otorga interactuar con el mar. Es un modo de transporte menos habitual y más atractivo porque el viaje también es el destino. Viajar es también disfrutar del crucero navegando.

En un crucero puedes visitar varios países y ciudades en un mismo viaje. Solamente necesitarás deshacer la maleta un vez y evitarás traslados de equipaje, conducir, estar pendiente de los horarios, etc.

Es una gran oportunidad para compartir experiencias con gente de otros países porque es habitual coincidir a bordo con personas y tripulación de diversas nacionalidades, así como en las diferentes escalas.

Puedes disfrutar de actividades destinadas a toda la familia también durante los desplazamientos, zonas de relax, espectáculos, spa, cine, deporte, sol, gastronomía o lectura, por ejemplo.

Un crucero es un viaje idóneo para hacer con niños, tanto por las múltiples ofertas de entretenimiento que hay para ellos a bordo de los barcos de crucero como por la oportunidad de compartir con otros niños sus vacaciones, con la seguridad y la tranquilidad de estar en un espacio seguro, con asistencia médica y con todas las comodidades para los más pequeños.

Hacer un crucero es un modo infalible para desconectar del mundo exterior, para relajarnos del estrés diario y para pensar solamente en disfrutar.

La relación calidad-precio es también otra razón de peso para elegir un crucero para las vacaciones. La pensión completa o el todo incluido hacen que los gastos del crucero estén controlados y se limiten a los efectuados en la reserva. Es mucho más fácil ajustarse a un presupuesto y no llevarse sorpresas.

Navegar es un modo fantástico de disfrutar cada día de actividades diferentes, en destinos diferentes y de hacer nuevos amigos o de disfrutar de una experiencia íntima en pareja.