En el Himno al Nilo se atribuye al mítico río el hecho de que “el es quien hace crecer los árboles según el deseo de cada cual, de tal modo que los hombres sufran su falta; gracias a él se fabrican las naves, porque las piedras no sirven al carpintero”.
Y es que las aguas del Nilo fueron, posiblemente, las protagonistas de lo que se podría llamar el primer crucero de placer de la historia.
En el Boletín de la Asociación Española de Egiptología se recoge un artículo sobre el crucero por el Nilo de César y Cleopatra. En el texto se especifica que existen pocas referencias sobre este viaje pero se alude a que se ha calificado a lo largo de la historia como un viaje de placer e incluso como una luna de miel.
Existen teorías que explican que este viaje, el supuesto crucero romántico de Cleopatra y César, tuvo una duración de tres meses y el barco en el que navegaban ambos por el Nilo iba seguido de una comitiva de 400 barcos cuya finalidad era el aprovisionamiento de la mayor cantidad de trigo posible. No en vano, se consideraba a Egipto como el granero de Roma.
Con esta motivación tan terrenal se iniciaron para la historia de los viajes en barco de crucero con la única y singular intención de viajar.

El barco de vapor

Siglos separan este hecho del surgimiento del primer barco de vapor. Robert Fulton, un ingeniero estadounidense, diseñó un navío que consiguió navegar por el Sena en 1803.
Más de cincuenta años tuvieron que pasar desde ese histórico momento para que el Great Easter, el precursor de los trasatlánticos a vapor atravesara el Atlántico, si bien su misión no era transportar personas, sino colocar las 22.500 toneladas y 3.000 kilómetros del primer cable telegráfico entre Europa y América.

Crucero de pasajeros

Entre uno y otro hecho, en 1835, un diario inglés, el Shetland Journal publicó el primer anuncio de viaje en crucero con destino Escocia, Islandia y las Islas Feroe. La compañía que ofertaba el servicio se llamaba Peninsular Steam Navigation Company. Hoy su nombre es P&O Cruises. El servicio se denominaba ‘crucero de pasajeros’.
Por aquel tiempo, un empresario originario de Nueva Escocia, Samuel Cunard, conocido ya como el ‘Príncipe de los Océanos’ consiguió hacerse con la licitación para el transporte de correos entre el Reino Unido y los Estados Unidos. El Britannia realizó su primer viaje entre Liverpool y Boston en 1840. Comenzaron así a venderse los primeros pasajes para viajes a bordo del barco de correos.
En 1844, la English Shipping Company de Londres dispuso organizar su primer viaje turístico por el Mediterráneo a bordo del Lady Mary Wood.
La empresa de Samuel Cunard, hoy Cunard Line, celebró la botadura del famoso Titanic en 1912. Un año antes, su buque gemelo, el Olympic había realizado su viaje inaugural. Hasta ese momento y desde 1891, casi dos millones de personas habían viajado en barco entre Inglaterra y Canadá.

Cruceros por el Caribe

Los primeros cruceros por el Caribe surgieron alrededor de 1930 como un lugar de esparcimiento en el que se podía acceder a privilegios de más complicado acceso en tierra y que empezaron a ser considerados como ‘ciudades flotantes’. La primera compañía en ofrecer cruceros por el Caribe fue Holland America en 1926 a bordo del Veendam. Hoy, Holland America Line cuenta con 15 buques y 500 salidas al año.
En 1947, Cunard construyó el primer barco de placer, el Caronia, llamado Diosa Verde por su singular color.

Los barcos en la historia

Entre los barcos más importantes de Cunard –naviera adquirida por Carnival Corporation– figuran algunos míticos como el RMS Carpathia, que colaboró en el rescate de los supervivientes del Titanic o el RMS Lusitania y el RMS Mauretania, los más grandes y rápidos en su tiempo.
Muchos han sido los navíos cuyos nombres y experiencias han dejado huella en la historia. Asi, el Queen Mary considerado en su tiempo como el trasatlántico de mayor envergadura y velocidad; el Ocean Monarch o el Oceanic –el padre de los buques de crucero modernos-, así como el Queen Elizabeth II o el Pacific Princess –el famoso barco de ‘Vacaciones en el mar’ han formado parte de la historia de los cruceros por diferentes motivos.

De pasajeros a cruceristas

A diferencia de los pasajeros –que embarcan en un puerto con el objetivo de trasladarse a otro donde desembarcan-, los cruceristas –según se especifica en el estudio ‘La modalidad del turismo de cruceros: evolución, desempeño y perspectivas’ de Leileth Mercedes Fernández- son las personas que embarcan en un puerto con el fin de efectuar un itinerario, previamente determinado o no, para visitar varios puertos y, generalmente, desembarcando en el mismo puerto en el que embarcó. Su único objetivo es disfrutar de unas vacaciones marítimas diferentes a las convencionales en tierra.
De igual modo, a día de hoy, la Organización Mundial del Turismo define a los pasajeros en crucero como visitantes en un país al que llegan y del que salen en el mismo barco, siendo frecuentemente objeto de una clasificación separada. La OMT considera excursionistas a los cruceristas si pernoctan a bordo del barco en sus escalas y como turistas si utilizan alojamientos situados en el país donde hacen escala, independientemente de cuánto se prolongue su estancia.

La evolución y las modalidades del turismo de cruceros

En los años 60 y 70, los viajes en crucero experimentaron un gran auge. Hasta el día de hoy, el turismo de cruceros experimenta crecimientos constantes tal y como atestigua la propia Cruise Line International Association. Así, por ejemplo, España recibió en 2013 más de 5 millones de cruceristas y se espera que este año la cifra rebase los 7 millones.
Pero la evolución de un segmento turístico como el sector de los cruceros siempre va aparejada al surgimiento de nuevos productos y de nuevas modalidades que hacen atractivo el viaje y que incrementan el interés del usuario por experimentar.

Cruceros especializados y tematizados

Así, la evolución de sector crucerista se ha materializado en el surgimiento de especialización dentro de los cruceros, tanto en el tipo de recorridos como en el tipo de barcos y de actividades y servicios a bordo.
De tal modo que hoy en día se pueden hacer viajes en cruceros con alto grado de especialización, como los cruceros temáticos para los amantes del vino, por ejemplo, con catas y conferencias o maridajes a bordo; cruceros dirigidos a niños y tematizados con famosos personajes infantiles e incluso navieras especializadas en este segmento de público familiar; los cruceros de lujo, más especializados e íntimos son un segmento en auge. Así, los pasajeros comparten viaje con un número no muy elevado de cruceristas, cuentan con itinerarios exclusivos y con una cocina muy selecta, vinos internacionales e incluso mayordomo.
Los cruceros con espectáculos; los orientados a las actividades deportivas, a bordo o en destino; así como los centrados en las atracciones y actividades de ocio son algunas de las opciones.

Cruceros y paquetes turísticos

Recientemente ha surgido una nueva modalidad de crucero, la última incorporación a la evolución de uno de los sectores más vivos y dinámicos de la economía, el turístico. Celebrity Cruises ha lanzado recientemente sus paquetes combinados de crucero marítimo y fluvial. El Rin, el Danubio, el Sena y el Ródano junto con el Mediterráneo, Escandinavia, Rusia o Turquía, entre otros, conforman itinerarios únicos para conocer los territorios desde ópticas totalmente nuevas.
Es la última vuelta de tuerca a un sector ilusionante, que se encarga de diseñar los momentos felices y que navega hacia el futuro sujetando fuerte el timón.