“La lluvia de Bilbao baila en las sombras

Suena a trompeta de cristal

en la blandura líquida del mar…”

Carlos Sáez.

El puerto de cruceros de Bilbao contará en 2017 con una nueva terminal de pasajeros. Dispondrá de 3.200 metros cuadrados y estará adaptada para pasajeros con movilidad reducida. Será un gran contenedor acristalado con 2 plantas y 15 metros de altura.

Hacer escala de cruceros en Bilbao es, quizás, una de las mejores formas de conocer la capital vizcaína. Desde el Puerto de Getxo podemos adentrarnos en la villa marinera y descubrir el encanto de los pueblos que miran al Cantábrico. La primera visita obligada al hacer escala en Bilbao es el Puente Colgante, uno de los ocho puentes transbordadores que aún existen en el mundo.

El Puente Colgante más antiguo del mundo en funcionamiento

El Puente de Bizkaia, del arquitecto Alberto Palacio y Elissague -el mismo que construyó el Palacio de Cristal del Parque del Retiro- es el primer puente transbordador construído en el mundo de estructura metálica. Mide 61 metros de altura. Enlaza las localidades de Getxo y Portugalete y desde su inauguración en 1893 fue considerado una maravilla de la ingeniería de su tiempo.

Vista de la barquilla transbordadora del Puente Colgante de Bizkaia.

Su objetivo inicial fue unir las márgenes de la desembocadura del Nervión sin entorpecer el paso de los barcos. El Bizkaia Zubia es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde el 2006 y es el puente colgante más antiguo del mundo en funcionamiento. Funciona como transbordador de vehículos y pasajeros a través de una barquilla transbordadora. Además es posible atravesar a pie sus 160 metros por una pasarela superior. Sin duda, una visión única que no conviene perderse.

Para retornar puede hacerse además en unas pequeñas barcazas conocidas popularmente como ‘gasolina’ que guardan el encanto de antaño y que ofrecen una imagen increíble del puente desde abajo.

El Puerto Viejo de Algorta

Otra de las imagenes que merece la pena coleccionar antes de abandonar Getxo es la de la playa de Ereaga desde el Hotel Igeretxe, uno de los pocos ubicados en primera línea de la costa de Bizkaia. Muy cerca, las callejuelas del Puerto Viejo de Algorta nos retrotraen al pasado en un pueblo de pescadores, auténtico y pintoresco, colorido y animado. Como curiosidad, os contamos que fue en las fiestas patronales de este pueblo donde se bautizó el famoso combinado kalimotxo.

En Ereaga se ubica también la famosa instalación temporal fotográfica de El Sireno de Getxo, obra del artista argentino Marcos López y que se ha convertido en toda una atracción turística en la zona. Existe incluso un pintxo que homenajea a la obra y que se compone en su mitad de carne y en su otra mitad de pescado.

Vista de las casas del Puerto Viejo de Algorta, en Getxo.

Escala de crucero en Bilbao: la ciudad que se reinventa

Desde la inauguración del metro de Bilbao, en 1995, se dice que la capital de Bizkaia tiene playa. El metro une la zona de costa con el centro de la ciudad. Fue obra del afamado arquitecto Norman Foster. Otra curiosidad, las entradas del metro en Bilbao se conocen popularmente como ‘fosteritos’ en honra del arquitecto británico.

El suburbano bilbaíno se ha convertido en toda una atracción, no solo por ser declarado el Metro más Limpio de Europa sino también por sus numerosos galardones entre los que se encuentran el Premio al Mejor Diseño en 2003 y el Premio Brunel por la Estación de Sarriko.

El metro de Foster ha sido, sin duda, la obra que ha marcado el pistoletazo de salida al proceso de creación del nuevo Bilbao. Arquitectos de renombre internacional han puesto los instrumentos a esta nueva orquesta que simboliza el Bilbao de hoy y que, en este momento, acomete uno de sus proyectos más ambiciosos: la Península de Zorrotzaurre, la última operación de regeneración urbana de Bilbao cuyo Master Plan ha sido diseñado por la arquitecta Zaha Hadid y que recupera un espacio degradado para convertirlo en un barrio nuevo de la capital.

Vista del Museo Guggenheim desde la Torre Iberdrola.

Las obras de Santiago Calatrava en Bilbao, el aeropuerto de La Paloma y el Puente Zubizuri, han hecho también su importante aportación a la reinvención de la urbe. Del mismo modo que lo hizo Philippe Stark con su impresionante centro comunitario de La Alhóndiga.

Desde el edificio más alto de Euskadi, la Torre Iberdrola de César Pelli puede visualizarse perfectamente, además del maravilloso Museo Guggenheim en todo su esplendor, el valle sobre el que se asienta la ciudad de Bilbao. De ahí su nomenclatura popular de ‘el botxo’ (el agujero en euskera).

Pero si hay un edificio emblemático que supone la punta de lanza del nuevo Bilbao es el edificio de Frank Gehry. Custodiado por su imponente mascota floral, la escultura del perro Puppy de Jeff Koons, el Museo Guggenheim es la estrella entre los recursos turísticos de la ciudad que se reinventa cada día. Tras la impactante visita cultural al espacio museístico, no puede faltar la visita a su Bistró y Nerua -con 1 Estrella Michelin y 2 Soles Repsol, ubicados en el propio espacio museístico.

Escala para futboleros: el nuevo San Mamés

Los más futboleros tienen una cita ineludible con el nuevo Estadio de San Mamés, diseñado por IDOM/ACXT y galardonado como el Mejor Edificio Deportivo del Mundo en el World Architecture Festival 2015 en Singapur.

El estadio del Athletic de Bilbao, uno de los once clubs de fútbol más antiguos del planeta, cuenta con instalaciones deportivas de última generación y con áreas gastronómicas, tabernas, restaurantes y numerosos espacios para eventos. Cocineros vascos con Estrella Michelin ofrecen sus suculentos menús en las instalaciones. Además, como reminiscencia marinera, los 52 palcos del Area Vip del estadio están construidos en contenedores de barcos.

Al lado del Estadio de San Mamés se ubica un singular edificio llamado Casa de la Misericordia. Se trata del antiguo orfanato de Bilbao reconvertido en residencia de ancianos. En su capilla se custodia la imagen de San Mamés, el niño mártir que fue arrojado a los leones a los que, según cuenta la leyenda, fue capaz de amansar. Como ‘los leones’ se conoce aún hoy a los jugadores del equipo de fútbol y San Mamés ha dado nombre al estadio conocido también como La Catedral del fútbol.

Vista del Estado de San Mamés, en Bilbao.

Torre Loizaga

Otra de las visitas curiosas que se pueden elegir si se tiene ocasión de hacer escala en Bilbao o de visitar la ciudad es la excursión a la Torre Loizaga para ver su Museo de Automóviles Clásicos. La colección privada de Miguel de la Via atesora la única muestra de Rolls Royce de Europa con todos los modelos fabricados desde 1910 a 1998. Se encuentra en un paraje maravilloso situado en el bosque a 30 kilómetros del centro de la ciudad.

Vista de Torre Loizaga, que alberga una colección privada de coches antiguos.

El Casco Viejo de Bilbao: cultura y ‘pintxos’

Y por último pero no menos importante. Nadie debe abandonar Bilbao sin conocer su bellísimo Casco Viejo y aprovechar para txikitear– salir de vinos– y degustar sus famosos pintxos. Las inundaciones que se produjeron en la ciudad en 1983 afectaron mucho a su zona antigua. Hoy el Casco Viejo de Bilbao se ha recuperado y luce su mejor aspecto. Las 7 Calles, la Plaza Nueva, la Catedral gótica de Santiago –ubicada en el paso por el casco del Camino de Santiago por la Costa-, y el Mercado de la Ribera -el mayor de Europa en superficie cubierta-, merecen un paseo calmado.

Barra de pintxos en el Casco Viejo de Bilbao.

Muchos son los recursos que nos ofrece Bilbao. Ven a descubrir qué se siente al cenar entre amigos en un txoko, al jugar a la pelota vasca en el frontón, al saborear sus suculentos y abundantes platos y, sobre todo, al conocer a los habitantes de esta tierra. Su auténtico tesoro por descubrir.